Arnaldur Indridason, La voz
Ediciones RBA
Novela leída en Agosto de 2013
Traducción del islandés por Enrique Bernárdez
Resumen de la novela:
Gulli, el viejo portero de uno de los más conocidos hoteles de Reykjavik,
aparece desnudo y acuchillado hasta morir en su miserable habitación en el
sótano. A Gulli nadie le conocía realmente bien, por lo que las pistas son
pocas. Erlendur Sveinsson decide alojarse en el mismo hotel en busca del
asesino, pese a que las vacaciones de Navidad están ya encima y el hotel
completo. Pero al director sólo le importa que el asesinato permanezca oculto y
su reputación intacta. Erlendur, sin embargo, recibe la visita de su hija, que
de nuevo se adentra entre las brumas de la droga y el alcohol, dejando al
inspector al borde de la desesperación y la impotencia. Hasta que el hallazgo
de una pista que conduce al pasado del viejo Gulli, junto a la insistencia de
Sigurdur Óli y Elínborg, le sumergirá en la fascinante y emocionante historia
de un niño con voz de ángel que alcanzó tan pronto la fama como el infierno.
“McDermid lo describe como “fascinante y brillante”. Eso es poco.” The
Guardian
El autor: Arnaldur Indridason
(Reykjavik, 1961) es historiador, periodista, crítico
literario y cinematográfico. Ha trabajado, durante veinte años,
principalmente para Morgunbladid, el
diario más importante de Islandia. Es autor de nueve novelas policíacas.
RBA ha publicado Las marismas, que
recibió La Llave de Cristal a la mejor
novela policíaca nórdica del año 2002, y La mujer de verde, que obtuvo el Golden Dagger, el prestigioso
premio concedido en Gran Bretaña de la Crime Writers Association y la consagración del autor islandés como un
referente de la prestigiosa narrativa negra europea. Con La voz ha ganado el Martin Beck Award a
la mejor novela negra traducida al sueco.
Las tres están protagonizadas por el inspector Erlendur Sweinsson y su
ayudante, Sigurdur Óli.
Un dato curioso: NOTA SOBRE LOS NOMBRES PROPIOS ISLANDESES
Los islandeses siempre se tratan por el nombre de pila, puesto que la
mayoría de ellos tienen un patronímico, que termina en –son en el caso de los hijos y en –dóttir en el caso de las hijas. Los nombres de las personas no se
ordenan por el apellido, sino por el nombre, incluso en la guía telefónica.
Aunque pueda parecer extraño, los policías, a pesar de las jerarquías, se
llaman por el nombre de pila, y también entre policías y criminales.
El nombre completo de Erlendur es Erlendur Sveinsson, y el de su hija, Eva
Lind Erlendsdóttir. Los matronímicos son excepcionales, aunque se dice que
Audur significa Kolbrúnardóttir (la hija de Kolbrún). Sin embargo, algunas
familias tienen apellidos tradicionales que derivan o se adaptaron directamente
del danés como resultado del gobierno colonial que duró hasta principios del
siglo XX. Briem es uno de esos apellidos tradicionales y por ello no revela el
género. En el caso de Marion Briem, el ambiguo nombre de pila hace incrementar
la intriga.
Por otra parte, los nombres islandeses son, en su gran mayoría,
significativos, y los autores juegan frecuentemente con sus significados. Por
ejemplo, Erlendur quiere decir “forastero”.
Sobre Gudlaugur Egilsson:
Pág. 9:
Por fin llegó el gran momento. Se abrió el telón, pudo contemplar la sala y
experimentó una sensación gloriosa al ver a toda aquella gente mirándole, y la
timidez desapareció al instante. Vio a algunos de los chicos de la escuela y
algunos profesores, y vio también al director del colegio, le pareció que le
hacía un gesto de aprobación con la cabeza. Pero solo conocía a muy pocos de
los presentes. Todas aquellas personas habían ido allí para escucharle a él y
para oír su hermosa voz, que había despertado interés incluso más allá de las
fronteras.
El murmullo fue apagándose poco a poco y todos los ojos se dirigieron a él,
en callada expectación.
Vio a su padre en el centro de la primera fila, con las piernas cruzadas y
sus gruesas gafas negras de montura de asta, y el sombrero en las rodillas. Le
vio mirarle a través de sus lentes y sonreír para darle ánimos, era el gran
momento de la vida de ambos. A partir de aquel momento, nada sería como antes.
El maestro de coro alzó las manos. El silencio se extendió por la sala.
Y él empezó a cantar con aquella voz límpida y bella que su padre
consideraba celestial.
Pág. 97:
Gudlaugur Egilsson ha despertado una gran y merecida atención en el Coro Infantil de Hafnarfjördur, y puede
decirse que este joven cantante de tan solo doce años de edad tiene ante sí un
gran futuro. Este es su segundo disco, en el que canta con inmenso sentimiento y
una bella voz bajo la égida de Gabriel Hermannsson, director del Coro Infantil
de Hafnarfjördur. Se trata de un auténtico tesoro para todos los amantes de la
buena música, y el solista Gudlaugur Egilsson, hace una espléndida actuación;
actualmente prepara una gira de conciertos por los países nórdicos.
Sobre los coleccionistas de discos:
Pág. 111:
Los coleccionistas de discos están especializados en algo concreto, como
creo que le expliqué ayer. Si nos limitamos a la música coral, puede dividirse
a los coleccionistas en los que coleccionan solamente ciertas canciones, o
ciertos arreglos, y otros que coleccionan ciertos coros. Otros más, como yo, se
especializan en niños de coro. Algunos solo coleccionan grabaciones de niños de
coro editadas en discos de pizarra, de 78 revoluciones, que se dejaron de
fabricar en los años sesenta. Otros coleccionan discos de 45 revoluciones, pero
solo de determinados sellos discográficos. La especialización es infinita.
Algunos buscan todas las ediciones que pueda haber de una única canción,
digamos por ejemplo Stormy Weather,
que seguramente le resultará familiar. Usted ya debe de saber todo esto. Me
enteré de la existencia de Gudlaugur por un grupo, o más bien una asociación,
de coleccionistas japoneses que manejan una magnífica red de información y
venta por internet. No hay nadie que coleccione tanta música occidental como
los japoneses. Viajan por todo el mundo como aspiradoras y compran todo lo que
llega a sus manos y que se haya grabado alguna vez en disco. Sobre todo si es
algo del periodo de los hippies y de los Beatles. Son famosos en las ferias de
discos, y lo mejor de todo es que dinero no les falta.
Sobre productos islandeses para
turistas:
Pág. 203:
Mientras esperaba, Erlendur observó los productos de las tiendas para
turistas, que se vendían a precios
exorbitantes; platos decorados con imágenes de la catarata de Gullfoss y
el Geysir, figuras talladas de Thor, llaveros con pelos de zorro,
carteles con las especies de ballenas de las aguas islandesas, chaquetas
de piel de foca que costaban lo que ganaba él en un mes. Pensó en
comprarse algo como recuerdo de aquella
extraña Islandia para los turistas que solo existía en la mente de los
extranjeros ricos, pero no encontró nada que fuera lo suficientemente
barato.
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